Santa Clarita Diet

n medio de tanta paranoia, Joel y Sheila usan las últimas cartas para la próxima jugada. Por otro lado, a Eric y Abby se les ocurre un buen plan.

Joel y Sheila se enteran de que la venganza de la almeja puede darse antes de lo que pensaban. Anne sabe cómo tomarse una crítica constructiva.

Sheila y Joel tratan de armar el rompecabezas de la noche anterior mientras enfrentan problemas laborales. Lisa le hace un cambio de look a Abby.

Tiembla 007: Eric se hace pasar por un proveedor de mariscos. Mientras tanto, Joel y Sheila piensan que Abby se está saliendo de control.

¿Será un coronel la conexión con las almejas? Elemental, mi querido Joel. Además, Abby tiene una cita y Sheila no congenia con el jefe.

Joel paga las consecuencias de una crítica, Sheila suma más problemas con su nueva amistad, y Abby se acostumbra a su nueva piel.

Eric tiene problemas con las chicas, Abby no puede ocultar la ira, hay una cabeza hablando en el sótano, ¿y encima la vecina quiere lasaña?

Luego de que un viejo enemigo les pide un favor, Joel y Sheila se atoran de nazis, sorteos y muebles de cerezo.

Joel y Sheila intentan sacarse de encima a la competencia sin tener que recurrir al asesinato.

Como diría Jack, vamos por partes: Joel está en un manicomio, Sheila está encadenada a un poste y Abby está obsesionada con encontrar la bilis serbia. Ajá, todo en orden.

La Dra. Wolf se pone manos a la obra, pero Sheila se torna cada vez más agresiva. Joel teme que ya sea demasiado tarde.

Joel y Eric buscan al misterioso Anton en una convención paranormal. Por otra parte, Sheila y Abby están más unidas que nunca: las dos aman portarse mal.

Loki sorprende a Joel y Sheila cuando regresa como un zombie.

La policía busca a Dan, pero Sheila se devora las evidencias (unas cuantas...). Mientras tanto, Joel se deleita con el aroma a café.

Joel y Sheila intentan dividirse las tareas, Eric y Abby se tropiezan con algo grande, y Dan aprende que un agente inmobiliario tiene sus límites.

Abby descubre que no se puede confiar en los padres (especialmente en los suyos). Joel se entera de una posible cura para Sheila, y Dan pone las cartas sobre la mesa.

Sheila se convierte en una inspiración para sus amigos; Joel y Abby pasan tiempo juntos; y Dan hace un descubrimiento.

Sin saber qué alternativa tomar, Hammond tendrá que someterse a la nueva dieta de Sheila. Deciden atacar a los "criminales" de Santa Clarita.

Sheila intenta adaptarse a su nueva dieta mientras Joel borra la evidencia. Sin embargo, terminan atrayendo la atención de sus vecinos.

Mientras Joel, Sheila y Abby viven una tranquila vida familiar en los suburbios de Los Ángeles, el comportamiento de Sheila, la madre, cambia de repente.